Prohibiciones de duelo (Versículos 1-2)

La Torá menciona aquí dos prohibiciones relacionadas con las costumbres del duelo: rasgarse y raparse. La acción de rasgarse es la de provocarle heridas al cuerpo hasta que fluya sangre y la de raparse es la quitarse el cabello por sobre la frente. Estas costumbres eran conocidas, y son mencionadas en los conceptos de los profetas, por ejemplo: “Así grandes como pequeños morirán en esta tierra, no serán sepultados, ni los llorarán, nadie se rasgará por ellos, ni por ellos se hará calvez” (Irmiahu, capítulo 16, versículo 6). La Torá prohíbe estas costumbres, con el fundamento de “ya que pueblo consagrado eres tú para Adonai, tu Dios, y a ti te ha elegido para ser para Él, pueblo peculiar, entre todos los pueblos que habitan sobre la faz de la tierra” (Versículo 2)

Prohibiciones relativas a la comida (Versículos 3-21)

Este pasaje menciona a los animales y bestias, cuyo consumo está prohibido. Este párrafo repite (brevemente) la nómina de comidas prohibidas citada en el libro Vaikrá (Vaikrá, capítulo 11, versículos 1-35). La lista que figura aquí es muy similar a la que aparece en el libro Vaikrá. Al final del párrafo, es mencionada también la prohibición de comer un cadáver (de un animal que murió en forma natural), y además “No habrás de cocer el cabrito en la leche de su madre” (Versículo 21)

Leyes de los diezmos (Versículos 22-29)

El Maaser Shení-el Segundo Diezmo es separado en los años primero, segundo, cuarto y quinto. Debe tomarse el diezmo y comerlo “en el lugar que elija para hacer morar allí su nombre”. Si se trata de un largo camino hasta ese lugar, el diezmo puede ser convertido en dinero, ascender al lugar que elegirá Dios, y allí comprar algún alimento y comerlo con alegría.

Maser Aní-el diezmo para el pobre es separado en el tercer y sexto año, debe entregarse el Maaser al Leví y al “prosélito, al huérfano y a la viuda que están en tus ciudades, y comerán y se saciarán” (Versículo 29)

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