Los preparativos para la guerra contra Abshalom (Versículos 1-5)

David divide al ejército en tres ramas que habrán de luchar contra el gran ejército de Abshalom. David también quiere participar de la lucha pero el pueblo se lo impide. David ordena explícitamente a los combatientes que tengan cuidado con su hijo Abshalaom: “Por amor a mí, traten bien al joven Abshalom” (versículo 5)

El combate (Versículos 6-8)

La guerra comienza y los hombres de Abshalom son avasallados por los hombres de David; 200.000 de ellos, mueren. El texto da cuenta de que la lucha en una región boscosa, ayudó a la victoria de los hombres de David: “y el bosque devoró más gente aquel día que lo que devoró la espada” (Versículo 8). Los peligros en el bosque, los animales salvajes y otros elementos, les causaron más daño a los combatientes que la espada de los hombres de David.

La detención de Abshalom y su asesinato (Versículos 9-18)

Abshalom llegó a la contienda pero debido a su larga cabellera afrontó un problema: “y se le trabó la cabeza a Abshalom en la encina, y quedó colgado entre el cielo y la tierra, mientras que la mula que estaba debajo de él siguió de largo” (Versículo 9). Abshalom se halla entre el cielo y la tierra, y su cabello se enredó en el árbol. Lo sucedido llega a oídos de Yoav, y él, sin pensarlo dos veces, mata a Abshalom.

David se notifica de la muerte de Abshalom (Versículos 19-32)

Ahora, hay que avisarle al rey sobre lo acontecido en la guerra. Ajimaatz desea correr al encuentro de David, pero Yoav le pidió que no fuera él sino precisamente el joven de Cush. El joven de Cush corrió al encuentro de David y finalmente, también Ajimaatz. Está claro el motivo de la sensibilidad, y Ajimaatz comprende que es preferible postergar cuanto más el anuncio de la muerte de Abshalom, y hacerlo con discreción. Ajimaatz logra adelantarse al joven de Cush, pero éste llega en medio de los conceptos de Ajimaatz. David  le pregunta si Abshalom está vivo, y el joven de Cush responde: “Y el de Cush respondió: Sean como ese joven los enemigos de mi señor el rey, y todos los que se levantan contra ti para mal” (Versículo 32).

¿Cómo reaccionará David? Eso, lo veremos en el próximo capítulo.