Síntesis del capítulo, 2 Reyes 3

Síntesis del capítulo, 2 Reyes 3

 

Nuestro capítulo relata acerca de las relaciones de Moav con los reinos de Israel y Iehudá. Yehoram y Yehoshafat cooperan con Edom a fin de golpear a Moav.

El reino de Yehoram (versículos 1-3)

Yehoram es el hijo de Ajav e Izével y es quien reina después de Ajaziá, ya que Ajaziá no tenía hijos. Yehoram reina doce años. También él hace el mal a los ojos de Dios, pero no como Ajav: “porque destruyó una de las estatuas de Báal que había hecho su padre” (versículo 2).

Inicio de la guerra (versículos 4-10)

“Pero sucedió que, muerto Ajav, se rebeló el rey de Moav contra el rey de Israel” (versículo 5). Durante su reinado, Ajav logró someter a Moav. Tras su muerte, los Moavitas inician una rebelión contra el reino de Israel. Yehoram, el rey de Israel, está interesado en luchar contra los Moavitas, y por consiguiente, se dirige a Yehoshafat, el rey de Iehudá. Yehoshua expresa su acuerdo para la cooperación. En camino hacia Moav pasan por la zona del rey de Edom y lo incorporan también a él a la guerra.

Consulta al profeta (versículos 11-19)

Yehoshafat formula la misma pregunta que hizo al cooperar con Ajav: “Entonces preguntó Yehoshafat: ¿No habrá aquí algún Profeta del Señor, para que consultemos al Señor por medio de él?" (versículo 11). Yehoram menciona a Elishá. Elishá llega y se muestra sorprendido por el hecho de que el rey de Israel le hable a él, y aclara que si Yehoshafat, el rey de Iehudá, no hubiera estado allí, pues Elishá no habría hecho referencia a su solicitud. El profeta profetiza una gran victoria de Israel.

La guerra y la victoria (versículos 20-25)

“Y aconteció que por la mañana al tiempo de ofrecerse la oblación matutina, he aquí las aguas que venían por el camino de Edom y se llenó el país de aguas” (versículo 20), así se inicia la descripción de la guerra. Aparentemente, se trata de una inundación que a veces azota a los desiertos. Los Moavitas contemplan esas aguas y las mismas les parecen como sangre. Las montañas rojas de Edom se reflejaban en las aguas y las mismas se veían de color rojo. Esa “sangre” provoca el triunfo en la guerra. Los Moavitas llegan al campamento de Israel, considerando que allí todos habían muerto, pero descubren algo diferente: “Mas como llegasen al campamento de Israel, los israelitas se pusieron de pie, y golpearon a los moavitas, los cuales huyeron delante de ellos” (versículo 24). Así, la profecía de Elishá se hace realidad y los tres reinos logran vencer a Moav.

 

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