Síntesis del capítulo, 2 Reyes 19

Síntesis del capítulo, 2 Reyes 19

El reino de Yehudá

Nuestro capítulo es una continuación directa del capítulo anterior. En el capítulo anterior nos detuvimos en el discurso de Ravshake y en el hecho de que el pueblo calló y no reaccionó. Ahora escucharemos la reacción del rey, el asesoramiento con el profeta, la plegaria del rey y el final del ejército asirio.

La plegaria de Jizkiyahu y su petición al profeta Yeshaiahu (Versículos 1-4)

 

Jizkiyahu escucha los conceptos de Ravshake: “rasgó sus vestidos, y cubriéndose de cilicio (una vestidura áspera que se utilizaba antiguamente como penitencia y mortificación), entró en la casa del Señor” (1). El rey le solicita a sus hombres que se dirijan al profeta con un pedido de ayuda: “Así dice Jizkiyahu: Día de angustia y de castigo y de ultraje es éste, porque han llegado los hijos al punto de nacer, mas (la parturienta) no tiene fuerza para dar, a luz. Quizá oirá el Señor, tu Dios, todas las palabras del jefe de los coperos, a quien su amo, el rey de Ashur, ha enviado para vituperar al Dios vivo, y lo castigará por las palabras que ha oído el Señor, tu Dios; eleva pues una oración a favor del resto que aún nos queda"(Versículos 3-4).

Las palabras de Yeshaiahu a Jizkiyahu (Versículos 5-7)

 

Los hombres de Jizkiyahu llegaron de Yeshaiahu y él les dijo: “Así le dirán a vuestro señor: Así dice el Señor: No temas a causa de las palabras que has oído, con las cuales Me han blasfemado los criados del rey de Ashur. He aquí que Yo pondré un espíritu de miedo en él, y oirá un rumor, y se volverá a su tierra, y haré que caiga a espada en su propia tierra"(6-7). Yeshaiahu promete (asegura) que habrá salvación y que el enemigo será derrotado.

Una nueva amenaza del rey de Ashur (Versículos 8-13)

 

Ravshake abandona Yerushalaim, mas el rey de Ashur vuelve a enviar emisarios a Jizkiyahu para persuadirlo de que se rinda: “He aquí que tú has oído lo que han hecho los reyes de Ashur a todas las tierras, destruyéndolas completamente; ¿acaso tú serás librado? ¿Por ventura los dioses de las naciones, a quienes destruyeron mis padres las libraron a ellas; como Gozán y Harán y Résef y los hijos de Eden, que habitaban en Tlassar?” (Versículos 11-12).

La plegaria de Jizkiyahu (Versículos 14-19)

 

Tras la llegada de los emisarios, Jizkiyahu vuelve a elevar una plegaria a Dios, y en esta ocasión la plegaria expresa: “Inclina, oh Señor, Tu oído y oye; abre, oh Señor, Tus ojos y ve; y atiende a las palabras de Sanjeriv, el cual ha enviado a vituperar al Dios vivo…Ahora, pues, oh Señor, Dios nuestro, sálvanos, Te lo ruego, de su mano; y conozcan todos los reinos de la tierra que Tú eres el Señor Dios, y Tú solo!" (Versículos 16-19).

Las palabras de Yeshaiahu a Jizkiyahu (Versículos 20-34)

 

Una vez más, Yeshaiahu fortalece a Jizkiyahu y le dice que la salvación es inminente: “Por tanto, así dice el Señor respecto del rey de Ashur: "No vendrá a esta ciudad, ni disparará allí flecha, ni presentará delante de ella escudo, ni levantará terraplén contra ella. Por el camino que vino, por el mismo volverá; y a esta ciudad no llegará, dice el Señor. Porque Yo ampararé esta ciudad para salvarla, por Mi propia causa, y por amor a David, Mi siervo"(32-34)

La derrota del campamento asirio y la muerte de Sanjeriv (Versículos 35-37)

 

Tal como lo prometiera el profeta, la salvación no tardó en llegar: “Y aconteció que en aquella misma noche salió un ángel del Señor e hirió en el campamento de Ashur ciento ochenta y cinco mil hombres: y cuando se levantaron por la mañana, he aquí que todos ellos eran cuerpos muertos” (Versículo 35). Todo el campamento de Ashur fue golpeado (herido…dañado) por un ángel de Dios, y así se salvó Yerushalaim de la amenaza asiria. El texto amplía diciendo que Sanjeriv fue asesinado por sus hijos (Versículo 37).

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