Los reyes de Edom y los reyes de Israel

Los reyes de Edom y los reyes de Israel

En reiteradas ocasiones, en nuestro capítulo, el texto vuelve a describir los descendientes de Esav en varias formulaciones. ¿Por qué la Torá consideró importante ampliar y extenderse en un asunto que nos parece irrelevante?

En nuestro capítulo se describe la descendencia de Esav en forma detallada. Muchos preguntan, ¿por qué deben ser incluidos en la Torá? Parecería que la misma pregunta debería formularse en función del detalle de la descendencia de Ishmael (Capítulo 25). La respuesta simple a estas dos preguntas aparentemente radica en su condición de descendientes biológicos de Abraham e Itzjak. Por ello es importante mencionarlos como parte de la descendencia de los patriarcas y diferenciarlos de la simiente sagrada, el pueblo de Israel.

No obstante, en nuestro capítulo hay un elemento que sorprende más aún. No sólo que la Torá describe inicialmente a los hijos de Esav y sus esposas sino que vuelve a describir quién de entre ellos fue caudillo y luego quién fue rey en la tierra de Edom y de dónde procedía. Aquí, la pregunta se refuerza aún mucho más. ¿Qué es lo que vio la Torá, cuyas palabras son contadas, para detallar todo esto y además explicar el “Currículum Vitae” de todo rey de Edom?

Es interesante que quien requirió de este interrogante fue el Ramba”m (Acrónimo de Rabí Moshé ben Maimón, Maimónides, 1135-1204, rabino, filósofo, médico y teólogo judío de Al-Andalus, España) en su libro “Moré Nevujim” (“Guía de los Perplejos”)

El Ramba”m explica que la Torá quiso enfatizar a través de esta descripción que a pesar de la dinastía detallada de la familia de Esav, todos los reyes de Edom no fueron “miembros de la familia”. Ellos no surgieron de la nación Edomita sino que llegaron de ciudades externas y se apoderaron  del lugar. De ese modo, ellos perjudicaron a los hijos de Esav, los lugareños, y de hecho no les permitieron que promovieran el carácter de esta nación cuyas raíces provienen de Itzjak, sino que la direccionaron hacia otros rumbos. Por ello, se entiende, por qué Amalek que es apenas el hijo de una sirvienta (Versículo 12) está relacionado con esta nación carente de carácter propio.

En esta descripción, la Torá presenta la diferencia esencial entre ellos y los reyes de Israel.  Acerca de estos últimos, está citado: “El rey deberá ser alguno de tus hermanos, no nombres como rey a un ajeno que no sea de tus hermanos” (Devarim, capítulo 17, versículo 16). Un rey debe estar imbuido de la conciencia de la misión nacional y debe ser educado en los aspectos de su carácter y enseñanzas. Por lo tanto, es necesario coronar a un rey del seno de la nación israelí para que pueda establecer un reinado de sacerdotes y una nación santa, y no recurrir a un ajeno, educado en otras enseñanzas que no son la Torá de Dios.

 

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