Las familias mixtas tienen dos facetas

Las familias mixtas tienen dos facetas

Sobre un vuelo nocturno en el oeste de Estados Unidos, sobre los casamientos mixtos y sobre la cuestión de la conversión.

“Hambruna en la tierra”, partida (descenso) a Moab, muerte de Elimelej, “Mujeres moavitas”. “Casi diez años” sin hijos, la muerte de los hijos, “Y murió Elimélej, marido de Naomí, y quedó ella con sus dos hijos” (Capítulo 1, versículos 1-5). Retorno a Beit Lejem.

Y recién aquí comienza realmente la historia, sin que sepamos, ¿qué es lo que hallaron Orpá y Rut en dos muchachos judíos? ¿Y por qué se quedaron con Naomí, tras la muerte de Majlón y Jilión (sin hijos)? ¿Por qué no regresaron inmediatamente al seno de sus familias, al morir Majlón y Jilión? Se puede “completar” el esqueleto del relato bíblico (que por lo general, es breve y alusivo) de varias formas. Por ejemplo, tal vez, las familias moabitas, cortaron todo vínculo con las dos jóvenes, que se enamoraron de dos jóvenes de Ieheudá, y acorde a ello, comprenderemos el deseo de ambas de quedarse con Naomí, y regresar con ella a Beit Lejem, y también el llanto de ellas y el apego de Rut, pero es imposible comprender el retorno de Orpá a Moab después del llanto, si de acuerdo a esta idea, ellas no tenían adónde regresar.

La Meguilá, el libro de Rut, insinúa otra explicación, y es la personalidad magnética de Naomí que vio en el apego de sus nueras a ella, un maravilloso acto de bondad, “use el Señor de misericordia para con vosotras, conforme la habéis usado vosotras para con los muertos y conmigo” (Capítulo 1, versículo 8), mientras que ellas la amaban y la contemplaban como un apoyo anímico y espiritual, en su condición de viudas jóvenes sin hijos.

En un vuelo nocturno en el oeste de Estados Unidos (hace muchos años), quedamos atascados (mi hermano y yo), de una manera totalmente circunstancial, se dirigió hacia nosotros una mujer estadounidense, que reconoció a dos judíos con barba de Israel, y nos compartió su historia de vida. Ella se casó con un hombre judío, que falleció después de muchos años de vida compartida, e hijos no tenían. La señora lloró ante nosotros por su estado de soledad; y no dejó de describir cuán bueno y maravilloso era el hombre judío, con el que compartió una vida tan linda y buena.

Al consultarle, por qué le resultaba importante casarse con un hombre judío, respondió sin vacilar-los judíos saben mejor que nadie lo que es una “familia”, y cuáles son sus valores. Ya entonces, en ese vuelo extraño,  pensé en Orpá y en Rut, y entendí, que “las familias mixtas” tienen dos facetas-hay judíos y judías que les resulta fácil alejarse del mundo judío, y hay “mujeres moabitas” que justamente buscan  encuentran judíos para casarse con ellos; años después encontré mujeres que se convirtieron al judaísmo, a partir de una motivación judía mucho más fuerte  de la que apenas latía en el corazón de sus parejas judías.

Pero el conocimiento de Orpá y Rut con el judaísmo se centró totalmente en Naomí, en su personalidad y en su fe, lo que significaba un pleno renunciamiento a toda posibilidad de conformar una familia. Ningún hombre de Beit Lejem, habrá de interesarse en una viuda moabita, y Naomí ya no tendrá hijos. Por consiguiente, Naomí se esforzó en convencerlas para que regresaran a Moab, también por cuestiones religiosas, “He aquí que ya se ha vuelto tu cuñada a su pueblo y a sus dioses” (Capítulo 1, versículo 15)

En el marco de una conversación con un juez jerárquico, integrante de un Tribunal de Conversión, le dije, que si habremos de exhibir a Rut como único modelo y factor decisivo para la conversión, pues prácticamente no habrá conversos, ya que quién se asemejará a Rut en su entrega total dispuesta a renunciar a su familia, y apegarse a su suegra judía y a su fe; pero a partir de este episodio, debe aprenderse un elemento adicional-la conversión como proceso, que comienza con una familia adoptiva y con el distanciamiento de un pueblo extranjero y de otra confesión, y concluye, después de un tiempo, ante los ancianos que se hallan en los portones de la ciudad.

Gentileza del sitio 929.

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