La historia de Amalek

La historia de Amalek

 El pueblo de Israel se enfrenta a Amalek durante mucho tiempo. Aún desde el éxodo de la tierra de Egipto a través del intento de su ingreso a la tierra y luego en el período de los Jueces y en la época de los reyes. Esta guerra se prolonga hasta el período del rey Jizkiáh.

Amalek es hijo de Timná, la concubina de Elifaz hijo de Esav. El pueblo que salió de él es parte de los nómades del desierto y se refugia en los desiertos al sur y este de la tierra de Israel. De allí partió, montado en camellos, a las zonas del asentamiento para incursionar con saqueos (Shoftim, capítulo 6, versículos 3-33; Shmuel I, capítulo 30). Amalek, incluso se infiltró en el Néguev y estableció allí una base de asentamiento. Así se encuentra con el Knaaní en la región de Arad, y allí existía incluso la ciudad de Amalek (Shmuel I, capítulo 15, versículo 5)


 

El desarrollo nacional de Amalek se produce en forma paralela al desarrollo de Israel. También desde el aspecto valorativo es comparado a Israel con el apelativo compartido: frente al pasaje “Israel (era entonces) santidad al Señor, la primicia de Sus frutos” (Irmiahu, capítulo 2, versículo 3), encontramos el párrafo “Cabeza de naciones es Amalek” (Bamidbar capítulo 24, versículo 20). La particular gravedad con la que se hace referencia a la guerra de Amalek contra Israel surge de ser el primero que se atrevió a atacar a Israel inmediatamente al salir de Egipto “Vino Amalek y combatió contra Israel en Refidim” (Shemot, capítulo 17, versículo 8). Su guerra no tiene ninguna razón concreta. No viene a defender un territorio ni está para nada amenazado por los hijos de Israel. Amalek se coloca a sí mismo a la cabeza de los enemigos de Israel. Para su guerra, encontramos un solo motivo en el texto-el odio a Dios y a su redentor.

 


 

Esta guerra de Amalek contra Israel no es por una única vez sino que es un enfrentamiento sistemático. E incluso es socio del Knaaní en su guerra contra los “Maapilim”, los “inmigrantes ilegales” en Jormá (Bamidbar, capítulo 14, versículo 45).


 

La causa del enfrentamiento con Amalek no es solamente histórica. Amalek continuó atacando y atentando contra Israel-ya sea solo como así también en sociedad con otros pueblos. Por ello el texto elogia a Shaúl: “Obró con valentía derrotando a los de Amalek, y libró a Israel de manos de los que lo saqueaban” (Shmuel I, capítulo 14, versículo 48). Resulta que el mismo Agag era conocido por su crueldad personal hacia Israel, y por consiguiente Shmuel le dice: “Tal como tu espada ha dejado a las mujeres sin hijos, así también tu madre será dejada sin hijo entre las mujeres” (Shmuel I, capítulo 15, versículo 33).


 

El  mandamiento de la Torá y el profeta convierten a esta guerra de un evento fronterizo local y circunstancial en una guerra obligatoria histórica, que demanda-por ello-la destrucción total.


 

 

Shaúl sale a la guerra, golpea a Amalek y logra una gran victoria “desde Javila en dirección a Shur, que está frente a Egipto”  (Shmuel I, capítulo 15, versículo 7) pero él no culmina su tarea y no los extirpa de raíz. Aún luego de su victoria quedan tribus de Amalekim capaces después de en un tiempo muy breve volver a asolar el Néguev y Iehudá (Shmuel I, capítulo 30, versículos1-14).

David vuelve a luchar contra Amalek (Shmuel I, capítuo 30; Shmuel II, capítulo 8, versículo 12) y desde entonces desaparecen del Néguev y el resto de los sobrevivientes de Amalek residen en el monte Seir, hasta que en el período de Jizkiáh fueron golpeados por los hijos de Shimón y tomaron su tierra (Divrei Haiamim I, Crónicas I, capítulo 4, versículos 42-43).

 

Editado por el equipo del sitio del Tanaj, del libro “Oz Melej-Iyunim beSefer Shmuel”, editado por Midreshet HaGolán.

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