La bendición no es una plegaria

La bendición no es una plegaria

La bendición y la maldición no son consideradas como plegaria. Ambas son transmitidas en forma directa por el emisor de las mismas a la persona que las recibe y se encuentra frente a él.

¿Por qué y cómo actúa la bendición sobre la persona que se encuentra frente al que la emite, y no sobre la persona a la cual hace referencia a la misma? Si Itzjak tenía la intención de bendecir a Esav y más aún, él está convencido de que es Esav el que se encuentra frente a él, cómo se comprende que la bendición haya recaído en Iaacov? ¿Tan sólo por el hecho de que él se encontraba frente a Esav?

Tal como puede observarse en todas las bendiciones citadas en la Biblia, la bendición es algo concreto que se transmite cara a cara, del que bendice al bendecido. Por consiguiente, a fin de que la bendición se aplique, existe una necesidad de proximidad física entre los dos. Esto es cierto, como fue dicho, en todas las bendiciones de la Biblia, pero es más prominente en los intentos de Bilam de maldecir al pueblo de Israel por lo cual debe llegar al lugar desde el cual verá a los malditos del pueblo de Israel, que serán maldecidos por él (A modo de ejemplo, Bamidbar capítulo 22, versículo 41)

De Bilam también aprendemos que la maldición-y en forma similar la bendición-va más allá de la plegaria o de un pedido a Dios que envíe una maldición o bendición al futuro maldecido o a aquel que bendecirá. Y ello se debe a que si se tratara de una plegaria o de un simple pedido, ¿por qué es necesario impedir que Bilam emita la maldición? ¿Por qué la protección de Dios no puede reflejarse simplemente al no aceptar las maldiciones de Bilam de modo que no le causen daño al pueblo de Israel?! A partir de este relato, inferimos que si Bilam hubiera logrado maldecir a Israel, la maldición hubiera sido efectiva, Dios libre y guarde. El modo en el que Dios nos salva de las maldiciones de Bilam es convirtiendo a la maldición en bendición. (Según el texto en Dvarim, capítulo 23, versículo 6).

 Si es así, las maldiciones y bendiciones son un elemento tangible que actúa sobre los maldecidos o bendecidos, y requieren de un contacto visual y proximidad física con ellos.

Editado por el equipo del sitio del Tanaj

Gentileza del sitio VBM de la Academia Rabínica "Har Etzion"

Volver al capítulo