Igualdad ciega

Igualdad ciega

Koraj y su congregación, que demandaron igualdad, ignoraron las cualidades y del propósito que tienen los hombres y diversos grupos. A diferencia de ello, el judaísmo cree en el fundamento de la diferenciación y designa varios roles que se adaptan a la cultura, el carácter y la educación de los seres humanos.

La rebelión de Koraj y su congregación tenía un eslogan: “Pues toda la asamblea, todos, son consagrados y en su seno está El Señor. Y ¿por qué se enaltecen por sobre la congregación del Señor? (Versículo 3). Los hombres de Koraj demandaron igualdad: ¿Por qué, precisamente los Cohanim (Sacerdotes) y los Leviim fueron elegidos para el servicio en el templo? Todos los integrantes del pueblo son consagrados, y todos poseen el mismo derecho para servir en el Templo y aproximarse a Dios.

Ibn Ezra explica que el contexto de la rebelión era la sustitución de los primogénitos por los Leviim. (Bamidbar 3). Los primogénitos estaban destinados a servir en el templo pero pecaron en el becerro de oro, y por ello fueron apartados, y en su lugar fueron elegidos los hijos de Leví. Los hijos de Israel se amargaron por el hecho de que se les quitó el derecho de prestar servicio en el templo. En lugar de que cada familia tenga un representante en el Santuario, al que se puede saludar a la distancia en ocasión de la peregrinación, este derecho fue consagrado específicamente a una sola tribu.

Y en realidad, ¿por qué fueron rechazado los primogénitos? La respuesta es, que el pecado del becerro de oro demostró el fracaso de la concepción de igualdad ciega. No se puede basar el servicio en el Templo al público que desde su niñez no creció ni fue educado para este elevado propósito. Los primogénitos pecaron en el pecado del becerro de oro, y así demostraron que no están preparados para este elevado cargo, que estaban a punto de recibir. En su lugar fueron elegidos los hijos de Leví. No se trata solamente de un cambio personal, sino una modificación de un concepto central: desde ahora, el servicio en el Templo es la tarea exclusiva de los miembros de una tribu determinada, consagrados para su rol desde la infancia.

Uno de los fundamentos básicos del judaísmo es la diferenciación (distinción): el judaísmo distingue entre lo sacro y lo profano, entre Israel y los otros pueblos, y también entre hombres y mujeres. Los judíos tienen un determinado objetivo espiritual, acorde a su cultura y educación, y los no judíos tienen otro objetivo espiritual. Los Cohanim tienen una misión determinada, y los integrantes de la clase Israel tienen otra. También las mujeres tienen un objetivo espiritual distinto al de los hombres.

El objetivo de cada grupo fue establecido por Dios, que seguramente conoce a sus criaturas mejor que cualquier otro. No obstante, como se destacara, Dios hizo referencia al carácter colectivo de los grupos, y no a individuos aislados. La existencia de individuos  aislados para los que el objetivo de su franja poblacional no es acorde a su carácter, no refleja un interrogante. 
Editado por el equipo del sitio del Tanaj del libro "Perashot" publicado por "Maaliot".

 

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