Iaakov y Esav

Iaakov y Esav

"Y estas son las generaciones de Isaac, hijo de Abraham. Abraham engendró a Isaac" (XXV, 19). Pequeña es la Parashá que nos habla de los dos hijos de Itzjak, Iaakov y Esav, más ésta plena de contenido no posee un carácter únicamente histórico. Ella simboliza la lucha entera entre Edom y Israel, entre el mal y el bien y las Berajot, los augurios y los hechos no son sino representaciones del lejano futuro.

El relato de los hijos de Itzjak comienza con el ya citado versículo “Abraham engendró a Itzjak”. El Midrash al detenerse sobre éste versículo afirma:

“האבות עטרת לבנים, הבנים עטרת לאבות"              

"Los padres son cual corona para los hijos, los hijos son cual corona para los padres”. Realmente si nos detenemos sobre éste versículo veremos en él repetición innecesaria: "Itzjak hijo de Abraham, Abraham engendró a Itzjak”. Y aquí es donde resalta el contenido del versículo. En la Parashá Veiera, hemos oído las palabras divinas: "Pues Itzjak será tu simiente".

Y ciertamente al volver a repetir la Torá "Abraham engendró a Itzjak" vuelve a afirmar también que el verdadero hijo de Abraham, el verdadero continuador de su tradición y revolución religiosa, no es Ishmael, sino Itzjak. Al referirse la Torá sobre Ishmael, leemos: "Y estas son las generaciones de Ishmael hijo de Abraham, que nació a Hagar la egipcia” (XXV, 12). Mientras que la genealogía de Ishmael comienza en Hagar, la de Itzjak comienza con Abraham, proclamando que el verdadero continuador del primer patriarca y el depositario de las bendiciones divinas era Itzjak. Y tal es realmente lo que nos muestra la forma exterior del relato bíblico. Muere Abraham, e inmediatamente la Torá nos habla de las generaciones de Ishmael, pero pronto se desentiende de él y sólo accidentalmente volvemos a oír de él. El héroe central es Itzjak, y él es el centro de la épica bíblica. Otro tanto notaremos con Esav y Iaakov, la Torá no se detiene en modo alguno sobre el relato histórico o las magnas epopeyas. Grandes acontecimientos pasan inadvertidos para ella, de los doscientos diez años de Egipto solo nos restan pequeños cabos, y del desarrollo de los pueblos de Ishmael y Esav (Edom), sólo oímos pocas y accidentales frases. “Los hijos son la corona de los padres”, y solamente Itzjak mereció llamarse hijo y  continuador de Abraham.

“Y oró Itzjak al Señor por su mujer que era estéril, y oyólo el Señor y concibió Rivka su mujer. Y los hijos se combatían dentro de ella, y dijo: “Si es así, para qué (vivo) yo?”. Y fue a consultar al Señor.

Y respondióle el Señor:

Dos pueblos hay en tu seno

Y dos naciones se dividirán de tus entrañas

Una nación a la otra superará

Y el mayor servirá al menor” (XXV 21-23).

Como ya lo hemos hecho notar las figuras de Iaakov y Esav aparecen eternamente en pugna, y Roma la destructora de Israel es representada en el Talmud por Edom, es decir, Esav, y el mismo nombre Esav por la influencia de las escrituras y la Traducción aparece asociado a la idea de perversidad y maldad. Aún en las entrañas maternas las los hermanos "combatían”, y este combate se repetirá innumerables veces en el transcurso de la historia.

La Torá en su forma peculiar nos muestra una sucesión de pequeños retratos de de la vida de los hermanos tratando de mostrarnos el simbolismo y el contenido del relato, y realmente si solo atendiésemos a una lectura superficial, pasarían inadvertidas muchas de las ideas y pensamientos que la Torá nos muestra. Ya en las entrañas maternas combaten los dos hermanos, y las palabras divinas vaticinan que son señal de una ulterior lucha entre dos pueblos, dos naciones y dos ideologías. Y el augurio dice: “Una nación a la otra superará y el mayor servirá al menor” (XXV, 23). Este último versículo ha llamado sobre sí la atención de la exégesis bíblica. El sentido en cierta manera permanece desconocido, prácticamente se acostumbra traducir                             

 

ורב יעבוד צעיר

"El mayor servirá al menor"

Más la traducción exacta es: "el mayor servirá el menor", es decir el sentido es ambiguo, y quizá esta ambigüedad, esta duda es el verdadero propósito: "Un pueblo al otro superará", quien? Lo ignoramos. Rashi siguiendo al Midrash comenta:

                                                                    

"אמלאה החרבה (יחזקאל זו) לא נתחיל נמלה צור אלא מחורבנה של ירושלים"

Es decir, “no fue construido Tiro (Tzor) sino sobre las ruinas de Jerusalén, como está escrito. "Me llenaré de su destrucción". El bien y el mal no pueden convivir, y según la expresión talmúdica: "Cesarea y Jerusalén, no pueden existir a la vez”.

El primer retrato bíblico es el de esta contienda interior el futuro permanece desconocido.

“Y salió el primero….. (Esav) e inmediatamente salió su hermano y su mano trabando el talón de Esav, y llamaron su nombre Iaakov (Ekev-tobillo)". Esav es el primogénito más Iaakov trata de detenerlo con su mano, también en esto podemos notar el principio de la futura lucha por la primogenitura. Esav es el "hijo mayor” más el “primogénito moral” es Iaakov y por ello trata de detenerlo.

Iaakov significaría pues "lo detendría”, y así se completa el sentido de la lucha, al parecer Esav vence, es el que ve primero la luz del mundo, él se convierte en el primogénito, en el poseedor del derecho físico, en el mayor y de más poder. Parecería que él había de imperar. Más aparece Iaakov. Esav será detenido, "pisándole los talones” diríamos, trabándole, deteniendo su marcha aparecerá Iaakov y Iaakov vencerá.

"Y crecieron los jóvenes (XXV, 27). No se detiene la Torá en inútiles descripciones no es la Torá un libro de sentido histórico o épico, no se propone hablarnos de los “héroes” hebreos o relatarnos sus hazañas. La Torá pasa por alto hecho que para un historiador o un arqueólogo serían mucho más vitales que un simple suceso o detalle como los que estamos acostumbrados a ver. Sin embargo la Torá pasa todo ello por alto, para concentrarse en sus propósitos y mostrarnos la historia girando en rededor de la moral y la justicia, y los principios divinos. En su carácter descriptivo, épico o lírico, quizá los majestuosos poemas homéricos superan a la Torá, nos es permitido y debemos reconocer este principio. Superficialmente más aún para un entendido educado en un ambiente ajeno a la mentalidad hebrea, quizás muchas expresiones bíblicas resulten chocantes, y más aún es imposible traducir literalmente cualquier trozo bíblico, pues esta traducción es gramaticalmente imposible.

Más he aquí donde resalta el principio divino de las Escrituras. No es el propósito del Tanaj, en convertirse en una reliquia histórica, en un libro santo para los arqueólogos y estudiosos, la Torá es esencialmente “Torat Jaim”, la Torá de la vida, la vida misma que nos muestra la senda del bien. El principal propósito de la Torá es pues el de educar al pueblo judío, y al Universo todo de acuerdo a los principios divinos y el de implantarlos en la vida entera. Las palabras son contadas, las frases medidas, su principal cometido no es su sentido superficial, sino la senda espiritual, en la cual nos guía. Accidentalmente podemos enterarnos de sucesos o hechos históricos, esencialmente solo vemos principios morales. Estos principios resaltan especialmente del Sefer Bereshit. Ya el Jafetz Jaim decía que Bereshit, es un fuerte apoyo a la Emuná. Es difícil apreciar con justeza el contenido moral con el cual este Sefer nos enriquece. No solo nos identifica con los patriarcas, no solo los transporta a nosotros, nos transporta a nosotros a ellos y nos eleva hasta su genialidad moral.

 

Detengámonos pues en la descripción bíblica de los caracteres de los dos hermanos:

 

"יהי עשו איש יודע ציד - איש שדה

 ויעקב איש תם - יושב אהלים"

"Y era Esav, hombre que "sabía cazar - hombre de campo y Iaakov, hombre íntegro (inocente)”, permanecía en sus tiendas (XXV, 27).

La expresión יודע ציד  significa diestro en la caza, literalmente "sabe cazar". En el versículo posterior vemos otro detalle interesante: “Y quería Itzjak a Esav pues ציד בפיו  "caza en su boca", Y Rivka quería a Iaakov.

Si la expresión יודע ציד es significativa, las palabras ציד בפיו son casi totalmente incomprensibles.

“ויאהב יצחק את עשו כי ציד בפיו"


Generalmente se supone que éste versículo nos quiere significar que Itzjak prefería a Esav pues acostumbraba a saborear los frutos de su caza. "En su boca", pues estaba la "caza" de su hijo.

Quizás por diversos motivos, haya pretendido Itzjak a su hijo Esav, más éstos versículos ocultan entre las líneas una segunda idea. Si nosotros comparamos las afirmaciones de la Torá sobre Esav, con las que se refieren a Iaakov, veremos que el "sabrá cazar" de Esav se opone al "íntegro" o "inocente" de Iaakov. En hebreo Tzaid está asociado a la idea de falsía, y la "trampa" que el cazador tiende a los animales es equiparada siempre a la que el malvado, tiende con el engaño.

IBN EZRA, el gran exegeta Sefaradí comenta 
 

“לעולם מלא מרמות כי רוב החיות בדרך מרמה יתפשו"


"Sabedor de caza" siempre lleno de engaños, pues la mayoría de las fieras con engaños serán cazadas; y Iaakov por el contrario "Hombre íntegro es”.
Así se nos aclara el sentido del otro versículo. La forma ambigua del versículo, el cual no se sabe sobre quién se refiere la expresión "Befiv”: "en su boca". El sentido literal permanece inalterable, más he aquí una segunda intención: "caza en su boca", en la boca de Esav. Es decir, Esav engañó con sus mentiras a Itzjak, y solo por esto le prefirió”. El Midrash en su lenguaje específico nos relata que Esav para confundir a su padre acostumbraba a preguntarle, "Padre cómo se diezma la sal?" (que según la ley no es necesario).

El Nibei Zahav (Rab Zeev Gold), muestra con razón que la noción del "diezmo" está unida con la conciencia de la Divinidad, pues el acto de dedicar las primicias, el diezmo, y la Jalá, indica la compenetración en la presencia del Señor en el Universo: “A Ds' es el mundo y todo lo que existe en él"

"לד' הארץ ומלואה" 

 

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