El lugar que elegirán Dios y las personas

El lugar que elegirán Dios y las personas

¿Dónde está situado “el lugar que habrá de elegir Dios”?¿Por qué la Torá oculta su locación exacta?

El libro Devarim, Deuteronomio, nos comparte algo novedoso, y es que tras el asentamiento en la tierra, será elegido “el lugar que habrá elegido Adonai vuestro Dios, a Él, para hacer morar Su Nombre allí” (Devarim, capítulo 12, versículo 11). A pesar de que la Torá repite varias veces este concepto de elección de un lugar particular para el servicio de Dios en la atierra, la Torá no explicita ¡dónde dicho lugar está ubicado!

Dicha problemática se complica cada vez más, al quedar claro que, retrospectivamente, el lugar elegido por Dios no fue elegido precisamente por Dios, sino por David.

David elige a Ierushalaim como la capital de su reino (Shmuel II, capítulo 5), conforme  a sus criterios-aparentemente, por la ubicación de Ierushalaim en la frontera entre Iehudá y Biniamín, y el deseo de unir a ambas tribus.  

David traslada el Arón, el Arca a Ierushalaim ( Shmuel II, capítulo 5, versículo 6)), y a continuación, se encapricha en la consideración de Ierushalaim como el centro ritual, al negarse a sacar el Arca de Ierushalaim, aún cuando se ve forzado a huir fuera de la ciudad, al escapar de Abshalom (Shmuel II, capítulo 5, versículo 15).

Tras muchos años, un ángel se revela a David, tras la epidemia que afectó al pueblo de Israel, a raíz del censo (Shmuel II, capítulo 5, versículo 24) y resulta que Dios eligió establecer su morada en el sitio elegido por David, es decir, Ierushalaim, parece pues, que la elección del sitio para servir a Dios, implica también la participación de la persona.

En la Torá no es mencionada la ubicación del sitio a ser elegido por Dios, ya que la elección del mismo está también supeditada a las acciones de las personas y a su elección.

Visto y considerando que, las acciones humanas futuras son desconocidas, y están condicionadas a su libre albedrío, el lugar que será elegido por Dios, es desconocido hasta tanto la persona actúe, haga lo suyo, y la elección de Dios, llegará como consecuencia de ello.

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