Moshé y Aharón tenían la expectativa de que los integrantes de la nueva generación, quienes habrán de ingresar a la tierra, reaccionarían de un modo diferente ante las dificultades del trayecto. La queja del pueblo en Mei Merivá decepciona enormemente a Moshé y a Aharón, y por consiguiente les genera enojo.
La reacción de Moshé y Aharón a la nueva queja difiere de todas las reacciones a los reclamos elevados hasta el momento. En ocasión de las quejas anteriores, Moshé siempre reaccionó con palabras. A veces con palabras relacionadas con la ética, y en otras ocasiones con un clamor a Dios.
A diferencia de ello, en Mei Merivá Moshé y Aharón no dicen nada, sino que la reacción de ellos es-“Se allegó Moshé y Aharón por causa de la congregación, hacia la entrada de la Tienda de Reunión y cayeron sobre sus rostros” (Versículo 6). La caída sobre sus rostros es característica del libro Bamidbar, pero de este modo-sin reacción alguna por medio de palabras-Moshé y Aharón reaccionaron una sola vez, a raíz del pecado de los espías. ¿Acaso en esta situación, la queja de los hijos de Israel justifica la reacción más dura, como en el pecado de los espías?
Resulta que, la dura reacción que tuvieron Moshé y Aharón es consecuencia de su gran decepción de la nueva generación. Cerca de cuarenta años aguardaron Moshé y Aharón por este momento. Tras la muerte de la generación que salió de Egipto, quienes fracasaron y no pudieron liberarse de la mentalidad de esclavitud internalizada a lo largo de numerosas generaciones en Egipto, Moshé y Aharón tenían la esperanza de que la nueva generación reaccionaría de un modo distinto a los contratiempos del camino. Y he aquí, que aparentemente nada ha cambiado. También esta generación se comporta como la anterior. Pues entonces, ¿de qué sirvieron los cuarenta años transcurridos?
Parece que así también se puede comprender el sentido del enojo de Moshé y Aharón tras el mandato de Dios, y sus duras palabras para los hijos de Israel: “Escuchen ahora los rebeldes, ¿acaso de esta roca les vamos a sacar agua?” (Versículo 10).
El enojo es la fuente del pecado y su factor central. Dicho enojo surge de la dura desilusión de Moshé y Aharón de la nueva generación.
Ahora resta la pregunta: ¿Cómo actuar con esta generación para que no llegue a la misma situación a la que llegó la generación anterior?
En el capítulo siguiente es descripto el uso excepcional de la plaga de serpientes y la serpiente de cobre, que a través de las mismas quedó en claro que precisamente por la vía del temor al castigo, aprendió la nueva generación a lidiar con sus problemas. El temor condujo al amor, que se manifestó a través del cántico del aljibe, y luego de ello a una intensa fe en Dios, que derivó en la gran victoria sobre Sijón y Og. Ahora, a los integrantes de esta nueva generación se les abre el camino para ingresar a la tierra de Israel.
Editado por el equipo del sitio del Tanaj
Gentileza del sitio VBM de la Academia Rabínica "Har Etzion".