Una Lección de Amor

Una Lección de Amor

¿Cómo es el verdadero amor a Dios?

Todas las veces que figura en la Torá el concepto de amar a Dios, es en el libro de Debarim. 

En la parashá del Shemá Israel, hay una relación entre el primer versículo, en que afirmamos que el Señor es nuestro Dios y que Él es único y el siguiente versículo en donde nos habla de amar a Dios. Estos dos versículos no están divorciados uno del otro, sino que tienen mucho que ver, el segundo es la continuación del primero.

El primer versículo nos parafrasea una frase del primero de los diez mandamientos, solo que lo hace en plural. La pregunta sería si también en los 10 mandamientos hay una alusión a amar a Dios luego de ello. Esto lo encontramos inmediatamente en el segundo mandamiento, allí nos dice que no hay que hacer idolatría porque Dios castiga a los que Lo odian y recompensa a los que lo aman. Pero todavía  no nos explicó quiénes son los que Lo aman. 

Esto lo podemos aprender por contraposición, es decir, los que hacen lo contrario de los que odian a Dios, y en ese segundo mandamiento ya nos explicó, detalladamente, que aquellos  que creen en otros dioses, se arrodillan ante ellos y los sirven, esos son los que la Torá  considera  que odian a Dios, por lo tanto los que actúan en forma contraria a esta son los que aman a Dios, es decir, los que están  firmes en la idea de la existencia de Dios y que Lo sirve.

Luego en Debarim 7:9 nos especifica un poco más. Ahí  Dios nos dice: Sabrás que al Señor  tu Dios, es Dios, que mantiene Su pacto y Su bondad con los que lo aman. 

Para entender quiénes son los que lo aman viene la primera parte del versículo, que nos dice: Sabrás que el Señor es tu Dios, es decir, los que saben esto y lo tienen presente, son los que aman a Dios. Y Dios actúa en forma recíproca, tal como dijimos, amar a Dios tiene que ver con ser fiel a esa idea profunda de que el Señor es Dios, entonces Él también  es fiel con los que Lo aman -con los que le son fieles y no se revelan.

Entonces, hasta aquí  tenemos que en el Shemá, cuando decimos: El Señor es nuestro Dios y que Él es único, eso es la idea principal, y luego el segundo versículo  cuando decimos amar a Dios, quiere decir, ser fieles a esa idea. ¿Cómo  se puede ser fiel a esa idea? Ser fiel quiere decir que no la abandona, que no la cambia y que la tiene presente todo el tiempo.

En hebreo el término Emuná (fiel) quiere decir, firme, estable, como por ejemplo en la guerra contra Amalek cuando dice que los brazos de Moshé  fueron emuná-firmes, hasta el amanecer. O cuando dice que Mordejai homenet-adopta, mantiene- a Hadasa, Esther. Vemos que este término quiere decir, ser firme, mantenerse.

Ahora entendemos porqué cuando la Torá  nos dice que si viene un profeta falso a pesar que sus prodigios se cumplan, pero nos incentiva a servir a otros dioses, no debemos hacerle caso, porque Dios nos está probando para ver si lo amamos con todo nuestro corazón  y con todo nuestro ser. 

Pero en realidad, aún no está del todo claro, debería decir, que nos está probando para ver si le somos fieles o no, si se mantienen en esa idea a pesar que vea milagros, si mantienen a Dios como centro de su vida y no lo abandonan para ir a orbitar detrás  de otros valores o fuerzas, pero en vez de decir que nos prueba para ver si le somos fieles, nos dice que nos prueba para ver si Lo amamos con todo nuestro corazón. De aquí  tenemos otra prueba que amor tiene que ver con fidelidad.

¿Qué palabra es la que más puede expresar este amor, que todo el tiempo Lo tiene presente en su pensamiento? Ese término en hebreo se dice: Zajor – recordarlo

En hiljot Teshuvá capítulo 10:3 Rambam dice que el amor a Dios, es que lo tiene presente todo el tiempo, tal como el amor de dos jóvenes  enamorados que todo el tiempo piensa en su amada y la recuerda siempre.

En Debarim 4:39 nos dice: "Y sabrás hoy y lo pondrás en tu corazón, que el Señor  es Dios..." vemos claramente, que está la idea: El Señor  es Dios, y luego tenerlo en el corazón, es decir amarlo- ser fiel a esa idea y tenerla presente siempre. 

En el Shemá, nos explica un poco más cómo sería, ponerlo en nuestro corazón, es decir tenerlo presente todo el tiempo: "Que las palabras que Yo te prescribo hoy, estén en tu corazón. Las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas, al estar sentado en tu hogar y al andar por el camino, al acostarte y al levantarte." Es decir, cuando lo tengo presente, entonces, no lo guardo dentro de mí sino que lo comparto, hablo de ello con los demás, pero por sobre todo es lo que les inculco a mis hijos. Un padre trata de transmitirle a su hijo las cosas más importantes para él, lo más valioso. Es algo que llevo a todos lados, no es solo para cuando estoy en casa, sino que lo llevo conmigo a donde quiera que vaya, ya sea  que esté en mi casa o andando por el camino. Además no es algo esporádico, un lapsus o un impulso, sino que también abarca el tiempo, en todo momento.

Hasta aquí, explicamos lo que es amar a Dios y ponerlo en su corazón. Ahora debemos analizar qué es amarlo-recordarlo con toda su alma. 

En el Shemá lo que nos dice inmediatamente luego de describirme cómo debo amarlo con el corazón, nos dice que debemos atarlo en nuestro brazo y ponerlo en nuestra cabeza, es decir, nos habla de nuestro cuerpo. ¿Cómo  hago para no olvidarme de esta idea, que es como mi himno? Lo pongo conmigo, en mi cuerpo, lo llevo conmigo, como un abanderado que porta la bandera, su estandarte.

La otra forma de amor que nos dijo es amarlo "bejolmeodeja", tal como explican los sabios, meodeja quiere decir: tus pertenencias. ¿Cómo  puedo amarlo con mis pertenencias?, es lo que continua diciéndonos  en el Shemá, luego del Tefilín, nos dice que debemos colocarla (Esta idea, nuestro himno) en la entrada de nuestra casa y nuestras ciudades. Es decir lo coloco en mis pertenencias, la pertenencia más importante es la casa. 

Entonces, amo a Dios, le soy fiel, no abandono esa idea, hablo de ella en todo momento y la ato a mi cuerpo, la coloco en mi casa, para tenerlo presente en todo momento, tal como cuando amamos a alguien, colocamos su foto en nuestra oficina, en nuestra billetera, llevamos alguna cartita o algo que nos haya regalado, etc. Así  también, aquí,  en todo lo que me rodea lo pongo a Dios, estoy rodeado del amor a Dios.

Esta es la idea principal, del Shemá. ¿Cómo  lo amo? En mi corazón  (bejol levaveja), es mi centro, le soy fiel, no lo abandono, y no lo olvido, es mi amanecer y mi anochecer, al estar en mi casa o en el camino, en todo momento y lugar, para ello la ato en mi cuerpo (bejol nafsheja) y en mis pertenencias (bejol meodeja) me rodeo de cosas que me lo hagan acordar  

La construcción  del Shemá  va de la idea más profunda, básica y verdadera, cómo la mantengo firme en mi vida,  internalizándola y rodeándome de ella. Esta misma construcción  es la que nos dice el rey Salomón  en Proverbios 6:20-22: Hijo mío, guarda el mandamiento de tu padre y no abandones la enseñanza de tu madre. Átalos constantemente sobre tu corazón y a tu garganta. Cuando camines, te conducirán, cuando te acuestes te cuidarán y cuando te despiertes serán tu hablar.

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