Síntesis del capítulo, Deuteronomio 4

Síntesis del capítulo, Deuteronomio 4

Nuestro capítulo hace las veces de puente entre el discurso histórico y el siguiente: el discurso de los preceptos. El capítulo puede dividirse en dos partes. La primera parte es la culminación del discurso histórico. El capítulo comienza con la importancia de las leyes y su observancia, pasa a centrarse en la prohibición de la idolatría y las consecuencias en el caso que la misma sea violada. Luego de ello, Moshé en su discurso llega al punto máximo de la movida: a raíz de la salida de Egipto y el evento en el monte Sinai-Dios es Elohim y por ende se deben cumplir sus leyes. La segunda parte del capítulo es una introducción al discurso de los preceptos que comenzará en el siguiente capítulo.

La importancia de los fueros y su observancia (Versículos 1-8)

Moshé le explica al pueblo la importancia de los preceptos y los fueros de Dios. Como parte de su importancia, hay una prohibición de agregar o quitar alguno de ellos. Moshé también recuerda que hay un buen motivo para cumplir los preceptos de Dios: “Pero ustedes, los que están adheridos a Adonai, vuestro Dios, están todos vivos, ustedes hoy” (Versículo 4)-aquel que cumple los preceptos de Dios tiene el mérito de la vida, e incluso la admiración de los pueblos, quienes dirán: “pero es un pueblo sabio e inteligente, esta gran nación” (Versículo 6)

La prohibición del paganismo (Versículos 9-31)

Después de que Moshé habló en forma general acerca de la importancia de los preceptos, ahora pasa a una de las prohibiciones contra la que lucha todo el texto bíblico: la prohibición de la idolatría. Moshé hace hincapié que en el evento del monte Sinai, el pueblo no vio imagen alguna de Dios, debido a que existe una prohibición de adorar esculturas e imágenes. En el caso en que el pueblo practique la idolatría, como los pueblos, Dios habrá de exiliar al pueblo judío entre los pueblos, y allí proseguirán adorando a otros dioses. Dios habrá de salvar al pueblo, después de que estos lo busquen y deseen a Dios “Pues Dios misericordioso es Adonai, tu Dios, no te soltará, ni te destruirá, y no olvidará el pacto de tus patriarcas, lo que les había jurado a ellos” (Versículo 31).

Dios es Elohim (Versículos 32-40)

Luego de estas dos cuestiones, Moshé llega al punto culminante de esta movida. Él menciona el evento en el monte Sinai y la salida de Egipto como hechos que prueban de que Dios es Elohim: “A ti te fue manifestado para saber, que Adonai es Elohim, no hay más fuera de él” (Versículo 35). Siendo que Dios es Elohim, se deben cumplir sus fueros y sus preceptos: “Observarás sus fueros y sus mandamientos, lo que yo te ordeno hoy, ya que va a ser bien para ti y para tus hijos en pos de ti, y para que prolongues días sobre la tierra que Adonai, tu Dios, te concede a ti, todos los días” (Versículo 40). Así, Moshé retorna al inicio de sus palabras sobre la importancia de la observancia de los preceptos.

Las ciudades de refugio (Versículos 41-43)

Entre las dos partes del capítulo, el cierre del discurso histórico y la apertura del discurso de los preceptos, aparece un tema adicional: Moshé separó tres ciudades de refugio en la parte oriental del Iardén (Jordán)

Introducción al discurso de los preceptos (Versículos 44-49)

Tras finalizar el discurso histórico, Moshé comienza un nuevo discurso, la alocución central en el libro Devarim, el discurso de los preceptos: “Y ésta es la Torá que expuso Moshé ante los hijos de Israel. Estos son los preceptos testimoniales y los fueros y las leyes lo que habló Moshé a los hijos de Israel, al salir ellos de Egipto” (Versículos 44-45).

Editado por el equipo del sitio del Tanaj.

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